Historia HRDM
Historia de la antigua Masonería de Heredom
La Orden Real de Heredom de Kilwinning es heredera de muy antiguas filiaciones iniciáticas y posee el privilegio de haber recibido los ritos y tradiciones del Templarismo refugiado en el Mull de Kintyre para escapar a las persecuciones
Luego de destruída la Orden de los Templarios en la mayor parte de los países de Europa, los Caballeros refugiados en Escocia fueron protegidos y organizados en la Orden de San Andrés del Cardo, fundada para ellos por el rey Robert the Bruce luego de la batalla de Bannock-Burn (24 de Junio de 1314) para premiar su decisiva acción en dicha batalla que selló la independencia de Escocia. Posteriormente, se les unieron las Logias Operativas dependientes de la Abadía de Kilwinning perteneciente a los monjes tyronnenses.
El destino de la Orden quedó indisolublemente unido a la Casa de Estuardo durante la Gran Maestría hereditaria detentada por el clan Saint-Clair (Sinclair) de Rosslyn (ortografía antigua: Roslin) siendo el núcleo principal de la llamada «Masonería Jacobita». La Capilla de Rosslyn, cerca de Edimburgo, es un mudo testigo pétreo del antiguo esplendor de la auténtica Masonería Escocesa – necesariamente Jacobita – en la cual se fundían los restos de la Massenie du Saint-Graal, los vestigios del Templarismo secreto, las Logias Operativas y el naciente Rosacrucianismo.
Luego de la caída de la Casa de Estuardo – que arrastró consigo al clan de los Sinclair de Rosslyn – la Masonería Jacobita fue perseguida sin piedad por la dinastía usurpadora de los tronos de Escocia e Inglaterra entrando en las tinieblas de la Historia. Sin embargo, su influencia oculta se hizo sentir inequívocamente durante el alzamiento de los masones escoceses, irlandeses y del norte de Inglaterra nucleados en la llamada Gran Logia de los «Antients», sostenida por los duques de Atholl, bajo la conducción del ilustre masón Laurence Dermott. Estos masones tradicionales, denominados «Antiguos», se opusieron durante más de sesenta años a los masones «Modernos» seguidores de la desviación promovida por el pastor Anderson, Payne y Désaguliers.
A lo largo de toda su obra, René Guénon se ha ocupado extensamente de la Masonería de Heredom o Masonería Escocesa Jacobita. Así, por ejemplo, en su libro El Esoterismo de Dante, estudia la Orden Real de Escocia y sus dos Altos Grados llamados respectivamente «Heredom» y «Rossy+Cross»; en Estudios sobre la Francmasonería y el Compañerazgo aparece el famoso artículo titulado justamente «Heredom» donde, entre otras acepciones, dicha palabra es relacionada con la voz inglesa «heirdom» (herencia) y el propio Guénon declara que se trata de la «herencia» de los Templarios. En su libro Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada, en el Capítulo «El Jabalí y la Osa», en una de sus acostumbradas alusiones dichas como al pasar pero plenas de significado, Guénon señala la homonimia entre «Caledonia» (antiguo nombre de Escocia) y el mítico bosque de «Calidon» y que, en consecuencia, la Escocia histórica habría podido albergar, hasta una época muy avanzada, un centro espiritual derivado directamente de la Tradición Primordial y dependiente de la Ultima Thule… Además, etimológicamente «Shetland» significa textualmente «Tierra de Shet, es decir, «Tierra de la Estabilidad».
También debemos recordar que, luego de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal, se le permitió a su hijo Shet retornar al Edén para recuperar el Santo Grial…
Por otra parte, la primitiva Abadía de Kilwinning fue construída por monjes provenientes del antiquísimo monasterio de Icolm-Kil, situado en la isla escocesa de Iona, perteneciente a la misteriosa Iglesia Culdea, representantes de una corriente evangelizadora pre-romana y céltica derivada directamente del primitivo Cristianismo oriental. Ante estos hechos, no se puede sino evocar las figura de José de Arimatea y Nicodemo, portadores del Santo Grial de Jerusalem a las Islas Británicas…
Para finalizar, se debe consignar lo que ya es un secreto a voces dentro de las organizaciones tradicionales del Esoterismo occidental: la Masonería Jacobita fue una «cobertura» de las corrientes ocultas del Templarismo subsistentes en Escocia utilizada para corregir la desviación representada por la Masonería Especulativa desde sus propios orígenes. Se trataba de sanar el cisma de Londres de 1717 por medio de la superposición a la Masonería «del Oficio», de varios Altos Grados que transmitían ciertas iniciaciones caballerescas a las cuales, en virtud de las relaciones de Escocia (Caledonia) con la Ultima Thule y con el Templarismo superviviente dentro de la Casa de Estuardo, les conviene perfectamente el nombre genérico de «Masonería Escocesa». De más está decir que lo antedicho se refiere propiamente al Templarismo Masónico escocés de los siglos XIV al XVII y que poco tiene que ver con el llamado Rito Escocés Antiguo y Aceptado el cual, a pesar de su nombre, es una creación tardía del año 1804.